En la rica oscuridad del poder femenino, intangible, no formado, experimentaremos intimidad y cercanía, quizá sin reconocer lo que es en ese momento. El hecho de no poder identificar este poder, de no poder relacionarlo con una forma concreta, nos produce angustia.
Debemos recordar que hemos nacido de la esencia y que finalmente regresaremos a su ilimitada libertad.
Estas esencias divinas no están obstruidas por dimensiones específicas, ni limitadas a ellas, sino que pueden fluir libremente a través de todas las realidades.
La cualidad de la “esencia” es el sello de la ilusoria energía yin. La energía yin es el vacío no manifestado que guarda la sabiduría creativa. Éste es el saber que es fuente de todo propósito y toda forma. Sus procesos creativos ocurren simultáneamente y están entretejidos.
El murmullo del futuro está en lo femenino. Es a través de la energía femenina que la manifestación de la forma surge de la no forma. La suave energía femenina permite que los elementos encuentren el camino hacia su vida natural y armoniosa y su crecimiento. Pero para producir una manifestación física la energía yin ha de mezclarse con la energía yang y así crear el empuje que mueve y articula las mareas cósmicas.
Chris Griscom (Extracto del libro “Sanar las emociones”)
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